Protegiendo el suelo de la erosión
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El suelo es uno de los recursos más importantes con que cuenta cualquier productor agrícola. De su adecuado manejo y protección depende el productor de hoy y los productores de las futuras generaciones. Por eso siempre hay que recordar aquella frase que dice: “el suelo que sembramos no es nuestro, le pertenece a las futuras generaciones”.
Tenemos bien claro que el suelo es un recurso no renovable; su pérdida es irreparable. Formar un centímetro de suelo le toma a la naturaleza hasta 100 años o más y un mal manejo del suelo puede causar que, en un sólo aguacero, se pierda no sólo uno, sino muchos centímetros de suelo.
Si perdemos el suelo por la erosión, esa pérdida será para siempre, por eso debemos ser muy cuidadosos con el manejo que le damos al suelo.
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Y todos hemos visto las consecuencias de un mal manejo del suelo. La erosión por la lluvia provoca la pérdida de cantidades impresionantemente grandes de suelo. La lluvia corre por la superficie del suelo y arrastra el suelo desprotegido, causando pequeñas grietas al inicio, que luego se van haciendo más grandes y profundas, convirtiéndose en canales que seguirán creciendo hasta causar enormes agujeros o cárcavas.
Y, ¿Qué sucede con el suelo erosionado? Este suelo es arrastrado por el agua hasta los riachuelos, ríos y desembocaduras de los ríos en el mar. Allí se va a cumulando y algunas veces se acumula tanto que provoca inundaciones en las partes bajas. Cuando estos restos de suelo se van acumulando en las plantas hidroeléctricas, se produce sedimentación en las represas lo que causará que la represa tenga menos capacidad de almacenamiento y de generación eléctrica. En algunos lugares deben dar mantenimientos más seguidos a estas represas aumentando el costo de trabajo de las mismas como consecuencia de la erosión de los suelos.
En la foto que le presentamos seguidamente se puede ver el efecto de la erosión del suelo sobre una región, los terrenos no solo perdieron el suelo que arrastra el río sino que además se da contaminación en las playas y zonas turísticas
Lo peor de todo lo anterior, es que esa pérdida de suelo es para siempre, causando que el área de cultivo, sea cada vez menos fértil y por tanto, que cada vez la producción sea menor.
Los productos también serán de menor calidad y como consecuencia, para poder obtener producciones medianamente adecuadas, será necesario invertir mucho dinero en aplicaciones de fertilizante.
La erosión del suelo tiene muchas consecuencias negativas, como contaminación de ríos y sedimentación de represas entre otros, pero la más grave, es que nuestros suelos serán cada vez menos productivos y requerirán mayor inversión de fertilizantes.
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Antes de hablar de las medidas de control de la erosión, es importante que recordemos que este problema se presenta por dos razones principalmente:
Pero, ¿Cómo podemos evitar que el suelo se pierda por la erosión?
Son muchas las prácticas que se pueden implementar para reducir la erosión del suelo, y en todas ellas se deben realizar diversos trabajos que tienen como fin el reducir el impacto de la lluvia sobre el suelo y además, reducirle la velocidad al agua que escurre sobre la superficie y que es la que arrastra el suelo.
Por lo tanto, la primera y mejor medida que podemos tomar contra la erosión es procurar NO tener el suelo totalmente descubierto. Hay que cambiar el concepto, hoy día sabemos que si dejamos que se desarrolle una pequeña cobertura del suelo, con plantas de bajo crecimiento, que no afectan al cultivo, estaremos protegiendo el suelo de la erosión y a la vez, no tendremos que gastar dinero en herbicidas, ya que esa cobertura evitará que salgan las malezas perjudiciales.
Usted puede ver un bonito ejemplo del uso de una cobertura en chile dulce en la siguiente foto.
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Otra labor muy importante que reduce grandemente la erosión, es evitar sembrar a favor de la pendiente del terreno y más bien sembrar en contra de la pendiente en lo que se denomina “curvas de nivel”. Mediante este sistema, los lomillos de siembra o las eras, se deben preparar procurando que cada surco o era, siempre tenga el mismo nivel o altura en el terreno. Para lograr esto se utiliza un aparato bastante sencillo llamado “codal”. Mediante el codal logramos saber por dónde se debe elaborar el primer lomillo o era de siembra, de modo que todo quede al mismo nivel. Por eso es que el codal tiene incorporado un nivel en el centro del aparato. Una vez trazado el primer lomillo o era, lo que hay que hacer es preparar las restantes siguiendo el mismo contorno del primero.
Al hacerlo de esta forma evitamos que el agua que escurre, gane velocidad y arrastre suelo. Por supuesto que este sistema de siembra requiere de hacerle salidas al agua, pero al guiar al agua, evitamos que corra por cualquier parte del terreno y reducimos mucho la erosión.
Otra práctica sencilla que ayuda a controlar la erosión es preparar el terreno lo más próximo a la siembra, de esta forma evitamos que quede desprotegido y suelto y esté expuesto a la erosión por la lluvia.
También en esta misma línea del uso de maquinaria agrícola, es muy importante tratar de no abusar del uso del “rotador o rotaveitor”, máquina que muele completamente el suelo y lo deja muy suelto, pero que a la vez, si se usa muy intensivamente, puede provocar la destrucción de la estructura del suelo y con ello causando compactación.
Otra medida de conservación de suelos que se puede implementar en las fincas es el uso de gavetas en los canales de desagüe. Las gavetas en realidad son agujeros elaborados sobre el canal, que provocan que el agua al caer en estos agujeros, reduzca su velocidad y con ello, el suelo que arrastra el agua, tiende a sedimentarse en la gaveta, impidiendo la pérdida del mismo.
Otra medida que también puede ayudar a frenar la velocidad del agua y a actuar como una barrera que retiene el suelo erosionado, es la colocación de barreras vivas. Estas barreras se deben utilizar en los terrenos que tienen pendiente y se confeccionan sembrando una barrera de plantas a lo largo del terreno, pero siempre en contra de la pendiente. En estas barreras vivas se pueden sembrar plantas como el itabo, o bien la caña india o el zacate limón. Las plantas se deben sembrar muy juntas una de la otra, para que formen una barrera continua.
Las medidas de conservación de suelos que acabamos de citar, son tan solo una pequeña parte de la lista de prácticas de conservación de suelos que se pueden utilizar en un terreno. Algunas de estas prácticas de conservación son más complejas porque requieren la construcción de medidas de protección del suelo bastante costosas, pero otras son bastante sencillas y se pueden implementar en cualquier terreno.
Lo invitamos a que visite en este Portal, en la sección Material de Apoyo el Módulo 3, ahí encontrará fotografías de prácticas sencillas de conservación de suelos, Usted podrá ver algunas ideas fáciles de implementar en su finca.
La conservación del suelo es nuestra responsabilidad, porque tenemos la obligación de asegurarle a nuestros hijos y nietos, que vamos a cuidar bien ese suelo que ahora es muy productivo, para que más adelante ellos también lo puedan seguir usando y obteniendo cosechas abundantes.