La Gestión del Suelo
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En la mayoría de las actividades agrícolas, el suelo es uno de los factores de producción más importantes.
Es por medio del suelo que las plantas que cultivamos, logran absorber los minerales que le son fundamentales para su nutrición.
Por lo tanto, el manejo que le demos al suelo, puede ayudar a promover su conservación, o puede provocar su degradación, si utilizamos un manejo incorrecto.
Para manejar adecuadamente el suelo, lo primero que tenemos que hacer es conocerlo, o sea, establecer cuáles son sus características, cuáles elementos posee y cuál es su condición química y física. Para lograr esto disponemos de valiosas herramientas.
Los análisis de suelos, tanto químicos como de textura, son medios que nos permiten establecer con mucha exactitud, cuáles elementos posee ese suelo, qué proporción de partículas tiene y por tanto, cuáles condiciones tendrá a favor y en contra, el cultivo que sembremos en él.
El análisis químico del suelo nos brinda una enorme cantidad de información sobre las cantidades existentes de minerales en ese suelo, así como también sobre la presencia o no de problemas, como es el caso de la acidez.
Para poder hacer un buen uso del suelo de nuestra finca, primero tenemos que conocer sus características.
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Lógicamente conociendo la condición del suelo podremos definir cuál debe ser el manejo más adecuado que debemos darle. Por ejemplo, si el suelo es demasiado ácido, indica que posee cantidades excesivas de aluminio, por lo tanto, para poder neutralizar esta problemática, será necesario proceder a aplicar una enmienda como la cal.
Una planta que crece en un suelo muy ácido usualmente se ve en muy mal estado y su crecimiento es pobre como lo observamos en la foto siguiente.
Tomado de: http://www.guiadejardineria.com/wp-content/uploads/2009/09/minerales-los-aliados-de-tus-plantas-02-400x319.jpg
También podría ser que el análisis indique que hay deficiencia de uno o varios minerales o nutrientes. Lógicamente una condición como esta implica que tendremos que ajustar el plan de fertilización para suplirle al cultivo, aquello que el suelo no le puede suplir.
Un cultivo que crece en un suelo con deficiencias de minerales siempre muestra síntomas como se observa en la siguiente foto.
Tomado de: http://blog.agrologica.es/wp-content/uploads/2012/11/carencia-manganeso-citricos2.jpg
Los análisis químicos del suelo son una herramienta que le permite conocer las principales características del suelo y de esta forma establecer cuál debe ser el manejo correcto que debe recibir.
En la siguiente ilustración Usted puede apreciar un modelo de un reporte de análisis de suelos tal y como lo entregan los laboratorios.
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En el caso de los análisis químicos, lo más recomendable es hacerlos cada 4 o 6 meses, de modo que podamos darnos cuenta de los cambios que ese suelo va sufriendo a lo largo del tiempo. Esto también nos ayudará a tomar decisiones respecto a su manejo.
En el caso de aquellas actividades que se producen bajo invernadero, es muy recomendable, cuando se manda hacer el análisis químico del suelo, solicitarle al laboratorio que además se le haga el análisis de la “conductividad eléctrica”, también llamado E.C.
Este análisis nos permite conocer el grado de salinidad que ese suelo posee. Esto es muy importante de verificar regularmente, ya que si el nivel de salinidad sobrepasa los niveles máximos, el cultivo se verá seriamente afectado, porque no podrá absorber fácilmente el agua y los minerales. Este proceso es lento y por eso a veces cuesta mucho darse cuenta de que se está presentando, pero sí es evidente que cada vez la planta crece en forma más deficiente y la producción baja, por eso la forma más simple de establecer su condición es tomando una muestra de suelo y enviándola al laboratorio para el análisis respectivo.
En la siguiente foto Usted puede ver una planta creciendo en un invernadero con problema de exceso de salinidad en el suelo, verá Usted que su crecimiento es muy deficiente.
Conocer el contenido de sales en el suelo, es muy importante para aquellos productores que producen bajo invernadero. Ya que el suelo al estar cubierto se reduce el lavado por la lluvia de las sales que se aplican como fertilizantes.
Por otra parte también se pueden hacer análisis físicos del suelo, como por ejemplo el análisis de textura.
Estos análisis también son muy importantes, porque nos indican qué tan pesados o livianos son nuestros suelos y por tanto, cuál debería ser el plan de manejo que debemos darles.
Si el suelo posee cantidades muy altas de arcilla, le llamamos un suelo pesado, entonces esto nos indica que será un suelo que retendrá mucha agua y posiblemente tendrá mal drenaje como se ve en la foto siguiente. Esta información nos sirve para planificar su plan de manejo así como la inversión, ya que es casi seguro que tendremos que invertir una cantidad importante de dinero, en realizar un buen sistema de drenaje.
Otra situación podría ser todo lo opuesto, que el suelo tenga condiciones más bien arenosas, que le llamamos un suelo liviano. Esto nos dice que ese suelo es casi seguro que tenga muy buen drenaje, pero durante la época seca tendrá muy poca capacidad para guardar agua, por lo tanto, habrá que regarlo con mayor frecuencia.
El análisis físico o de textura, sólo es necesario hacerlo una vez, puesto que las características texturales del suelo no cambian a menos que ocurra una inundación, una erupción de un volcán u otra situación extrema.
Los análisis físicos nos dicen qué tan pesado o liviano es un suelo, es decir cuanta arcilla, arena o limo existe en el lugar donde tomamos la muestra, esto no ayuda a definir el manejo más adecuado que tenemos que darle.
Por supuesto que lo recomendable, es guardar y ordenar, todos los análisis químicos y físicos que se le hagan a ese lote, porque así podremos conocer todo el historial del suelo y los cambios que ha venido teniendo con base en el manejo que le hemos dado.
De igual forma, es muy importante que usted anote en su libreta, todos aquellos tratamientos que aplique al suelo, sean nematicidas, insecticidas u otro tipo de plaguicida, porque si ocurre alguna situación anormal en el cultivo, usted podrá revisar sus notas y tratar de relacionar el problema con los productos que le ha aplicado o ha dejado de aplicar al suelo. No olvide incluir la fecha en que aplicó el tratamiento.
Como lo presenta la foto siguiente, si bien existen bitácoras especiales para llevar la historia de un suelo si usted no cuenta con una de ellas puede usar libretas de campo.
Otro registro que es muy importante de anotar y guardar, es el que tiene que ver con la aplicación de encalados al suelo, se debe conocer la fecha en que lo hizo y la fuente de cal que utilizó, y por supuesto la cantidad que aplicó al o a los lotes de su finca, se deben guardar junto con esto los análisis de suelos. Este registro le permitirá ir evaluando la efectividad de este tipo de medidas y los resultados obtenidos.
Los análisis químicos del suelo se deben hacer al menos 3 o 4 veces por año, mientras que los análisis físicos sólo se deben hacer una única vez y siempre hay que guardar los resultados.
Como vemos, los análisis de suelos, tanto los químicos, como los físicos, nos permiten conocer cuáles son las características que ese suelo posee y por tanto, cuál deberá ser el manejo más adecuado que se le deba dar para poder obtener el máximo provecho de ese suelo.