Los residuos y el plazo de suspensión
de los plaguicidas
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Recordemos que aunque los plaguicidas son muy útiles para el combate de las plagas, las enfermedades y las malezas a la vez son sustancias tóxicas o sea venenosas para el hombre, no solo si los consume directamente sino si los consume a través de los residuos que quedan sobre el cultivo cuando los aplicamos sin cumplir con las Buenas Prácticas Agrícolas.
Cada cultivo tiene una lista de plaguicidas autorizados para ser usados en su producción, esto se puede ver en el panfleto de cada agroquímico, y a la vez cada plaguicida autorizado en un cultivo tiene una cantidad de residuos máximos autorizados que son los que se sabe que no causan daño a las personas cuando consumen el producto alimenticio.
A esta cantidad de residuos permitida en cada alimento se le llama Límite Máximo de Residuos y se abrevia como (LMR)
Periódicamente los Gobiernos de todos los países toman muestras de cada tipo de productos en los mercados en donde la gente los compra.
Estas muestras son enviadas a laboratorios especializados en donde se logra determinar la cantidad que quedó de cada plaguicida sobre la superficie del producto o en su interior, a esto es lo que llamamos residuos.
Aunque este es un asunto muy serio porque se refiere a la salud, en la siguiente ilustración pusimos una imagen que nos motiva a pensar en lo compleja de esta situación.
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Entonces cuando le hacen un análisis de residuos a nuestro producto pueden suceder varias cosas:
Cuando el producto es para la exportación las muestras para buscar los residuos las toman en el puerto de llegada y lo hace el gobierno respectivo, la principal diferencia es que puede ser que detecten un residuo de un plaguicida autorizado en nuestro país y por lo tanto permitido, pero que no está autorizado en ese país y por lo tanto se convierte en un residuo No autorizado.
En estos casos los países compradores pueden sancionar con la destrucción del producto y en casos más serios hasta con impedir su entrada durante algún período de tiempo.
Sobre este tema lo más importante de recordar no es que dicen las leyes y los reglamentos y cuándo es que los cumplimos o incumplimos, sino que sin importar si el consumidor de nuestros productos es nacional o extranjero, todos tenemos la obligación de velar por el derecho a la salud y a los alimentos sanos y todos tenemos la obligación de respetar la vida de los demás.
De tal forma que nuestra obligación es comprometernos con seguir las instrucciones de uso de cada plaguicida y cumplir con las Buenas Prácticas Agrícolas, para estar siempre seguros de que el producto que sale de nuestra finca es inocuo.
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Las siguientes son otras consideraciones que siempre debemos hacer para evitar los residuos de plaguicidas sobre o dentro de los productos de nuestra finca:
En la siguiente foto le presentamos un equipo de turbina, recuerde que debe disminuir las dosis de los plaguicidas cuando usa este tipo de equipo.
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Con aquellos cultivos de hoja como las lechugas, las espinacas o el culantro utilice dosis bajas o plazos de suspensión más largos que los recomendados, porque como tienen tanta superficie retienen más producto, provocando que los residuos sean mayores de lo autorizado.
Con aquellos cultivos que tienen superficies rugosas o pilosas, como por ejemplo los melocotones o los mamones chinos, también se corre el mismo riesgo por lo que hay que usar dosis menores.
Por último, lave siempre el producto con suficiente agua limpia antes de enviarlo al mercado, pero recuerde que debe estar totalmente seguro de que el agua es de calidad potable porque de lo contrario más bien contamina el producto con microbios dañinos.